viernes, 3 de junio de 2016

El regreso silencioso de la Heroína.

Galicia es lugar de destino principal, junto con Barcelona, Madrid y Zaragoza, porque los canales ya están abiertos desde los años del contrabando de tabaco y porque es frontera con Portugal. “Ahora se han detectado grupos de albanokosovares que la distribuyen a los dos lados de la frontera, desde Tui y Porriño hacia Portugal”, señala un responsable de la lucha contra el narcotráfico gallego. “Incluso usan los pueblos portugueses vecinos como guardería(almacén) porque saben que, aunque la colaboración policial es buena, dificultan las investigaciones”, apostilla un capitán de la Guardia Civil de Pontevedra. En Barcelona actúan grupos paquistaníes, etnia más numerosa en Cataluña, que recibe la mercancía desde su país en avión e incluso por paquetería postal.

Cuando la heroína parecía ya una droga del pasado, asociada a “una generación perdida” de jóvenes enganchados en los ochenta, y a los estragos causados por el sida, los expertos en la materia —desde ámbitos policiales, judiciales y sociales— coinciden en señalar “un repunte” preocupante, aunque de momento en España no se ha llegado a la “epidemia” que sacude algunas ciudades de Estados Unidos como Ohio. “Ahora, aunque no hay datos de un mayor consumo, usan la heroína como relajante, para compensar los efectos de otras drogas más excitantes como la cocaína y las sintéticas”, comenta el jefe de la Fiscalía Antidroga, José Ramón Noreña. Y así se percibe también en las asociaciones y fundaciones contra el narcotráfico en Galicia.

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